martes, 20 de abril de 2010

La bulimia, una plaga


La bulimia es un trastorno alimenticio y psicológico que provoca una pérdida de peso causada por la propia víctima de esta enfermedad. Este trastorno se caracteriza por la sensación de pérdida de control sobre la cantidad de alimento que uno toma. La bulimia está considerada como una enfermedad invisible porque puede pasar mucho tiempo sin que el entorno del enfermo la perciba.
Algunos de sus primeros síntomas son los atracones frecuentes con sentimientos de tristeza y culpa que provocan vómitos posteriores a este. También se suelen ocultar alimentos y comer a escondidas.
No se ha logrado descubrir una causa orgánica definitiva para la bulimia. Su proceso de gestación comienza cuando la persona tiene un problema con su apariencia física y su peso. El rechazo social o de fracaso que se atribuyen al peso y los consejos de las amigas, las dietas milagrosas y la preocupación extrema por la figura son sus desencadenantes.
En cualquier caso, el individuo siempre se considerará con exceso de peso, aunque no sea cierto. Así, comenzará a hacer dieta y viéndose en el espejo y que su imagen no cambia, que sigue pensando que es “gordo/a”, la dieta se prolongará hasta llegar a las prácticas bulímicas, lo que le ocurre a la persona es que sufre episodios de ingestión descontrolada y, cuando acaba, se siente culpable de haberse comido esa comida y, entonces, deja de comer durante un tiempo. Se producen dos fases en la bulimia, una de ingestión compulsiva y otra de ayuno compulsivo.
El trastorno puede aparecer a cualquier edad y repetirse en diferentes momentos de la vida, generalmente inducido por acontecimientos vitales traumáticos o negativos
Los síntomas de la bulimia son los siguientes:
-Preocupación por la comida.
-Miedo a aumentar de peso.
-Distorsión de la imagen corporal; se ven gordos/as frente al espejo y se sienten gordos/as.
-Piel seca y pelo quebradizo.
-Glándulas inflamadas debajo de la mandíbula como consecuencia de los vómitos.
-Depresión y cambios de ánimo.
-Fatiga y sudoración fría debido al rápido cambio de nivel de azúcar en la sangre.
-Acuden al baño enseguida después de ingerir alimentos.
-Vómitos autoprovocados, uso de laxantes y diuréticos.
-Rupturas vasculares en la cara o bajo los ojos, pierda de piezas dentales, irritación general del aparato digestivo.
Para tratar la bulimia hay que considerar las necesidades físicas y psicológicas de la persona. El tratamiento puede incluir terapia psicológica y medicamentos como los antidepresivos. En muchos casos, el tratamiento será administrado por un equipo de profesionales de medicina interna, nutrición y salud mental para evaluar la severidad de los síntomas, recetar y cuidar al paciente. El resultado ideal del tratamiento es restablecer la salud física y los hábitos alimenticios con normalidad.
Como no se conoce la verdadera razón para el desarrollo de la bulimia, es difícil decir cómo se puede prevenir. Sin embargo, vivimos en una sociedad donde la imagen del hombre y la mujer “ideales” y que publicitan los medios de comunicación, no es muy realista. Educadores y padres pueden ayudar a poner este “ideal” en duda, favoreciendo así una perspectiva crítica y conseguir inculcar en los adolescentes que el peso apropiado no es sinónimo de delgadez extrema.
Alicia Castillo Monteagudo.
3º E.S.O. grupo D.
I.E.S. Jorge Manrique,
Motilla del Palancar (Cuenca)